Los molinos de bolas son especialmente adecuados para la minería a pequeña escala debido a varias ventajas prácticas:
Un molino de bolas consiste en un tambor cilíndrico rotativo lleno de medios de molienda (por ejemplo, bolas de acero o cerámica) que trituran y muelen el mineral mediante impacto y fricción. El diseño sencillo—que incluye un tambor, un motor y revestimientos—requiere un conocimiento técnico mínimo para su operación.
En comparación con sistemas de molienda complejos como los molinos SAG o molinos agitadores, los molinos de bolas tienen menores costos iniciales y operativos. Los medios de molienda, como las bolas de acero o guijarros, son relativamente económicos, y los molinos con revestimientos de goma reducen aún más el desgaste y los costos de mantenimiento.
La minería a pequeña escala suele llevarse a cabo en zonas remotas con infraestructura limitada. Los molinos de bolas pequeños, típicamente de 0.25 a 1.5 metros de diámetro, son compactos y pueden transportarse a sitios remotos en camiones o incluso desmontarse para su transporte manual.
Los molinos de bolas se pueden usar para moler una amplia variedad de minerales y materiales. En la minería a pequeña escala, comúnmente se utilizan para:
Estos molinos procesan una cantidad fija de material a la vez, cargando el tambor, operándolo hasta lograr la finura deseada y luego descargándolo. Los molinos por lotes son ideales para operaciones a pequeña escala con necesidades de procesamiento intermitentes, como el procesamiento de muestras de mineral de alta ley o materiales cerámicos. Por ejemplo, en Ecuador se utilizan molinos por lotes para procesar relaves auríferos, donde los mineros controlan la duración de la molienda para optimizar la lixiviación con cianuro.
En la minería a pequeña escala, los molinos de bolas forman parte de un circuito de conminución más amplio que reduce el mineral desde rocas grandes hasta partículas finas adecuadas para la extracción de minerales. El circuito típicamente incluye:
Los circuitos de molinos de bolas pueden operar en configuraciones abiertas o cerradas:
El material pasa una sola vez por el molino, sin recirculación de partículas sobredimensionadas. Esta configuración es más simple y económica, pero menos eficiente, ya que puede producir tamaños de partículas inconsistentes. Es adecuada para aplicaciones donde la finura precisa no es crítica, como en la molienda gruesa para lixiviación en pilas.
Las partículas sobredimensionadas son separadas por clasificadores (por ejemplo, hidrociclones) o cribas y devueltas al molino. Esta configuración asegura un tamaño de producto más uniforme, fundamental para procesos como flotación o cianuración, aunque requiere equipo adicional y mayor mantenimiento. Los circuitos cerrados son comunes en operaciones auríferas y cupríferas a pequeña escala para maximizar la recuperación.
Un circuito típico de minería de oro a pequeña escala en México podría seguir este flujo:
Este circuito maximiza la eficiencia al asegurar que solo las partículas de tamaño adecuado pasen a la lixiviación, reduciendo el desperdicio de energía y mejorando la recuperación de oro.
En Zacatecas, México, una cooperativa minera de pequeña escala implementó un circuito continuo de molino de bolas para procesar mineral de oro de alta ley. El circuito incluye una trituradora de mandíbula, criba vibratoria e hidrociclón para molienda en circuito cerrado. El molino muele el mineral hasta 100 micrones, alimentando una planta de cianuración que logra una recuperación de oro del 90%.
En Sonora, una operación a pequeña escala reprocesa relaves de cobre usando un molino de bolas por lotes. El proyecto apunta a relaves de una mina histórica que contienen cobre residual. El molino, de 0.5 metros de diámetro y construido localmente por $3,500, procesa 1 tonelada de relaves por lote, moliendo hasta 75 micrones para flotación.
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